Soy Sergio Alejandro Cortéz, poeta de corazón, nacido en Villa Dolores, Córdoba, Argentina. Desde siempre sentí que la poesía era más que palabras: era un refugio, un lugar donde podía existir sin máscaras y expresar todo lo que me atravesaba en mi interior.
Escribo porque la poesía me salva. Me ayuda a soportar la migraña, la cefalea y la cervicalgia, a encontrar momentos de paz en medio de la depresión y la soledad, y a sobrellevar días en los que a veces no hay ni para comer. La poesía se convirtió en mi manera de resistir y vivir, incluso cuando el mundo parece pesado y hostil.
No es algo profesional, y no me importa la crítica ni los juicios. La mayoría de las veces me rechazan o no comprenden mi manera de expresarme, pero eso no me detiene, porque escribo para sobrevivir, no para gustarle a nadie. Se empieza escribiendo en la intimidad, para uno mismo, para poner palabras sobre lo que nadie ve, sobre los dolores y los silencios. Escribir es mi forma de respirar, de no perderme y de mantener la esperanza viva y latente.
En cada verso de luz intento transformar la fragilidad en fuerza, el dolor en palabra y la soledad en compañía. Mi poesía no es solo literatura: es supervivencia, una manera de enfrentar la vida, de conectar conmigo mismo y con quienes quieran acercarse a mis palabras.
Este blog es mi espacio para compartir esa intimidad y mostrar que, aunque haya críticas, rechazos y días difíciles, la poesía sigue siendo un refugio, un puente y una manera de seguir adelante.
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